(Suddenly, in my head)
Lo sé, ¿a qué no lo esperabais? Completamente sorprendente, ya veis.
¿Qué cómo me he dado cuenta? Pues bien, según parece, soy un discapacitado del amor. Así, tal como suena. He llegado a la conclusión de que soy completamente incapaz de sentir algo más que pura amistad por alguien. Bueno, quizás amistad y tensión sexual (resuelta o a resolver, depende del consumidor).
No me resulta un problema ahora mismo, la verdad. En realidad es más como un consuelo. Después de haber sido apaleado tantas veces, a este gato envidioso lo último que le hace falta es otra paliza para terminar bien el año. Y enamorarse solo trae problemas. Eso que me ahorro.
No sé cuánto durará este estado, no sé tampoco si echaré de menos los vaivenes y las sensaciones que produce el estar enamorado, no puedo hacer otra cosa si no esperar y observar cómo evolucionará esta situación.
Quién sabe, quizás sea lo que necesito ahora mismo.
Perdón por la entrada introspectiva, pero a veces necesito ordenar las ideas que pasan por mi cabecita. Que tengáis una buena noche.