En realidad hoy no tenía nada de lo que hablar, pero tenía la necesidad de volver aquí. No me gusta tener el blog muy abandonado, ya sabéis. Esto es importante para mí. Al igual que el hecho de que me leáis.
Mi vida en estas últimas semanas ha sido un poco caótica. Sí, más que de costumbre. Mucho trabajo, poco tiempo... Y eso unido al hecho de que he estado malo como un perro, pues no ha sido una temporada especialmente agradable.
Aunque he descubierto qué quiero ser de mayor. Sailor Neptune.
(imaginaos esto pero con mi maravillosa figura)
Os preguntaréis "¿qué nueva droga habrá llevado al Gato Envidioso a pensar que quiere ser Sailor Neptune?". Pues nada nuevo, oye, lo de siempre. La mezcla de paracetamol y mi enajenación mental. Además del muchísimo tiempo que paso cambiándome el uniforme de clases. Debería ser como en Sailor Moon: una transformación chachiguachi y super cuqui con efectos especiales del carajo. Y para clases. Que siempre tengo que llegar tarde, carallo.
Bueno, vuelvo en mí. Necesitaba decir alguna gilipollez, que hace tiempo que vengo poniéndome muy serio.
Y esta semana que entra va a ser el doble de caótica y paranoica. Os recuerdo que este finde se celebra el Mangafest de Sevilla, así que andaré por allí dando saltos. Ya me veréis. O no.
Bueno, debo despedirme. Tengo mil cosas que hacer y otras mil que deshacer. ¿Os he contado que soy un metepatas? Bueno, eso es otra historia a parte. Un abrazo felino. En breves tendréis más noticias sobre mí. Que para eso es mi blog. Ea.
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