miércoles, 18 de septiembre de 2013

ANSWER

Esta mañana, dando un paseo por mi ciudad de acogida, Sevilla, he pasado por lugares que me recordaban a cierta persona. Una persona que lo fue todo para mí, y que, cuando se fue, me dejó sin nada. Es algo que suele pasar. Pero que he de agradecer, porque si no hubiese ocurrido, nunca me hubiese convertido en El Gato Envidioso.

El caso es que, si hace un año, pasar por esos lugares me traía recuerdos desgarradores, hoy solo me ha traído imágenes bonitas a la cabeza. Y para mí ha sido un síntoma de que todo estaba bien de nuevo. No echo de menos a esa persona. Pero tampoco siento esa fuerza que me oprimía el pecho al recordarla. Por eso puedo decir, sin miedo a equivocarme, que vuelvo a ser el chico-gato que siempre fui.

Por eso hoy he venido a deciros que, sea lo que sea lo que os haya hecho parar en vuestro camino, no os preocupéis. Conseguiréis seguir adelante, con más o menos tiempo, pero siempre poniendo de vuestra parte.

Y también puedo deciros que vuelvo a sonreír. Gracias a este blog y gracias a vosotros, que me leéis. Un abrazo felino. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario