viernes, 13 de septiembre de 2013

INTERVIEWER

"¿Qué soy para ti?"

Es una pregunta que, aunque asuste, deberíamos hacérsela alguna vez a esa persona que consideramos especial. Quizás la respuesta nos agrade y refuerce esa relación... O quizás sea una respuesta que haga explotar esa burbuja de felicidad en la que vivíamos y nos destroce... En este caso, ¿no es mejor así? 

Porque, siendo así, no perdemos nada. Si no somos lo que esa persona espera, ¿qué más nos da? ¿Debería importarnos que haya terminado? No. Porque simplemente no eráis lo que él o ella esperaba. Punto y a parte. Comienzo de una nueva historia

Estaréis pensando "a este gato se le ha ido la cabeza". Realmente no. Simplemente quería advertiros. Yo acabo de asumir que soy un "chico puente". No sabría exactamente como definir qué es ser un chico puente, pero la mejor manera de hacerlo es esta:

-Hola. Me gustas. Pero no quiero nada serio. Así que voy a estar contigo hasta que encuentre a alguien del que me enamore y con quien quiera compartir algo más profundo. ¿Te parece bien?


Perfecto. No sé si alguno habrá estado en una situación así. Pero os aseguro que es una de las peores sensaciones que existen. Que la primera persona que te llega a atraer realmente después de miles de hostias contra la pared te diga que le gustas muchísimo, pero a la vez saber que también se lo está diciendo a X personas más en ese momento... Es algo que abruma realmente.

Pero soy un gato listo. Envidioso y listo. Por eso yo solito voy a salir de esta "relación tóxica" en la que he entrado voluntariamente (y algo engañado, también he de decir). Me olía la tostada, pero cuando alguien te gusta de verdad, los ideales te los pasas por el Arco del Triunfo...

Espero que esta oda a la soledad perpetua os haya ayudado u os pueda ayudar en un futuro. No dejéis que nadie juegue con vosotros. No merece la pena simplemente por no sentiros solos durante un tiempo. La soledad es mala consejera, pero a la larga nos hace fuertes.


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